miércoles, 23 de abril de 2014

Viva México II: Chiapas, Campeche, Quintana Roo y Yucatán

Sí, ya sé, anduve medio holgazana. Pero acá va una primera parte resumida de lo que estuvimos haciendo, así me voy acercando un poco más al día de hoy.


Chiapas: San Cristóbal de las Casas, San Juan Chamula y Palenque


Después de Oaxaca, nos fuimos a San Cristóbal de las Casas y, de visita, a San Juan Chamula, dos pueblos de montaña, ubicados a más de 2000 metros de altura, donde los locales visten trajes regionales y cometen la mayor cantidad de faltas ortográficas que he visto hasta el momento. Allí hay un movimiento revelde, venden acsesorios y a veces no ay paso, pero bueno, es totalmente entendible dado que los locales no hablan español, sino tzotzil. San Cristóbal es un lindo pueblito, muy colonial y muy alegre, con mucha cultura, tradición y gran cantidad de barcitos y cafés.




Desde aquí, aprovechamos e hicimos un tour con destino Palenque. De camino, pasamos por Ocosingo, base del movimiento zapatista, en rebeldía, donde el pueblo manda y el gobierno obedece. Visitamos un par de cascadas y, finalmente, el sitio arqueológico de la ciudad maya de Palenque.




Tras pasar unos días por Campeche, nos tomamos un bus a Tulúm para comenzar a explorar las tan famosas playas mexicanas.



Tulúm, Playa del Carmen, Holbox y Cancún



Toda esta zona es playa, de las paradisíacas. Solo en el Caribe se ve ese color de mar bien turquesa. Definitivamente, el color aguamarina fue inventado en este lugar. El clima es ideal, la arena no quema, y la brisa evita que el calor sea insoportable.

Empezamos por Tulúm. El centro no tiene nada de especial, así que generalmente bicicleteábamos unos 3 km o, cuando la pereza nos invadía, nos tomábamos una van colectivo por algunos pesos para ir hasta la playa.

Visitamos las ruinas de Tulúm, que son bastante restrictivas en comparación con las que ya habíamos visitado. Hay que mantenerse en el caminito, sin subir a ningún lado ni tocar nada. Tampoco nos dejaron subir a la Pirámide de Kukulcán en Chichén Itzá, porque por estos pagos la concurrencia de turistas es mucho mayor. El lado positivo, no hay que esperar para que el de atrás se corra; las fotos no salen con nadie en el fondo, tan solo el que posa y las ruinas, aunque en nuestro caso también salió el dedo índice del guía en casi todas.

Aquí nos encontramos con Euge y Gaspar, a quienes stalkeamos por México hasta alcanzarlos porque después de casi un año, además de la comida, uno extraña a los amigos. Y con ellos divisamos peces en estos mares de aguas turquesas, relajamos bajo alguna sombra encontrada tras un minucioso reconocimiento del área en las playas, disfrutamos de una noche de presidentes y boludos, sudamos bajo el sol en Chichén Itzá, nos acostumbramos a empezar el día con algún fallido, y nos fuimos a Playa del Carmen.



Playa del Carmen es más grande, más turístico. El centro y su Quinta Avenida, repleta de comercios, bares y restaurantes, están ahí nomás de las playas, que siguen presentando las mismas características caribeñas.


Y tras la despedida, nos fuimos a la Isla de Holbox. Calles de tierra, mucho grafiti y carritos de golf en uno de los lugares más lindos que hemos visto en México. Posteriormente, viajamos a Cancún para finalmente despedirnos de la península de Yucatán.




Playa Los Delfines, Cancún

El siguiente destino fue México D. F., otra vez, para seguir recorriendo un poco el norte de este país. 


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