Tras más de ochenta (80) horas de viaje, llegamos a la India. India es emociones fuertes. Todo es intenso.
Nuestro primer contacto real fue el trayecto del aeropuerto de Varanasi a la ciudad. El tránsito es suicida. Mientras el conductor maniobraba como loco esquivando tanto animales como a otros conductores y vehículos de todo tipo que venían de frente directamente hacia nosotros al son de los constantes bocinazos, nosotros nos distraíamos del peligro agarrándonos de donde podíamos para controlar los saltos que dábamos. Finalmente nos depositó en una callejuela, donde nos esperaban un par de niños sonrientes que nos dirigieron al hotel por los estrechos callejones de la ciudad llevando nuestras mochilas, a cambio de una pequeña propina.
Nada es gratis en India, todo está a la venta, todo tiene su precio, y siempre hay alguien que conoce a alguien que te consigue lo que sea. Pero lamentablemente, entre tanta pobreza, lo sagrado y lo espiritual conviven con la estafa y la ventaja.
Varanasi
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinYwN_ZphMwbUDo65oC_3wu-TJJeWJRcXMSg5jQ1eYhvusYHlImkxalZ1lstnukOBHuwXRUt-x7zdki51Z2HDtKP8094pIpkVFk-03uS7kWskj2XDgi8BAxEgdc7GjJ43koiPpzx-ucvY/s320/IMG_3868.jpg)
Lo más impactante, por supuesto, es ver lo que sucede en los ghats (las escalinatas de piedra que conducen al río), donde la gente acude a quemar a sus muertos y esparcir sus cenizas en el río, o a tirar directamente los cuerpos en el río en el caso de no tener tanto dinero, o de tratarse de una mujer embarazada, un niño, un leproso o una persona que murió al ser mordida por una cobra, ya que creo que estos cuerpos ya son puros. Se considera que el río es sagrado y que brinda una especie de purificación del cuerpo y del espíritu, por lo que un final en el Ganges es una bendición. La muerte está ahí, mucho más presente de lo que estamos acostumbrados a ver, en contacto directo con la vida diaria de la ciudad.
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Con Damon, 55 años |
Varanasi es una de las ciudades más antiguas, y sus días de gloria parecen haber quedado muy atrás. Sin embargo, tiene encanto e, irónicamente, está llena de vida aunque se respire muerte.
Nepal: Katmandú
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Desde la estación de tren de Varanasi, un lugar dominado por ratas y ratones, visitado por vacas y poblado de gente durmiendo (en el que prácticamente no hay espacios libres en el piso), emprendimos un largo camino hacia Katmandú: primero en tren nocturno hasta Gorakhpur (8 horas con retraso), luego en jeep hasta la frontera con Nepal (3 horas), después a pie (15 minutos), luego en taxi (3 horas) y finalmente en un micrito (6 horas). Lo negativo: viajamos hacinados y llegamos agotados, con el culo roto, sudados y llenos de polvo. Lo positivo: sobrevivimos a la forma de conducir temeraria de nuestros choferes y a la peligrosa ruta de tierra y sus constantes baches, y llegamos a salvo.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQd7tZFgcyNWSasVhNnhJu2OJTwrR7eBqgsSbHR78s5T35XGlswYUuY8RS7P7N8J7pL-KrKiGTAp0YTp7nZTwMm5rFWc6O0RTMpS2i17I6NjVJYeBiF6U8baTb8Elbi3vjeMvExgjupFw/s200/20131022_133709.jpg)
Fuimos a la plaza Durbar, un lugar repleto de templos, y a Swayambhunat, también llamado templo de los monos, porque la cantidad de simios y sus monerías compiten con el monumento por la atención de los turistas.
Lo mejor fue la excursión, y con buena compañía: Jor y Santi (unos argentinos que conocimos en Varanasi) y Enol (de España).
Primer día: después de que pesaran a los valientes públicamente y todos estuvieran escrachados con su peso en kilogramos anotado con marcador en la mano (acá no valía meter panza), procedieron a dividir a todos en tres grupos. La cobarde (sí, hablo de mí en tercera persona) se encargó de sacar las fotos mientras Luciano... bueno, nada mejor que unos videos (cortesía de Enol, Santi y Jor) para describirlo:
Primer día: después de que pesaran a los valientes públicamente y todos estuvieran escrachados con su peso en kilogramos anotado con marcador en la mano (acá no valía meter panza), procedieron a dividir a todos en tres grupos. La cobarde (sí, hablo de mí en tercera persona) se encargó de sacar las fotos mientras Luciano... bueno, nada mejor que unos videos (cortesía de Enol, Santi y Jor) para describirlo:
Segundo día: rafting. Empezamos con la teoría: instrucciones, procedimientos de rescate, qué hacer si se da vuelta el bote (¿si se da vuelta el bote? ¿eso es posible? ¿qué hago acá?). No hay tiempo para arrepentirse. Todos listos con chaleco salvavidas, casco y remo. Al parecer, el remo es más valioso que tu propia vida. Nos subimos al bote. Tripulación: un guía copado, un nepalés que se llamaba John, Jor y Santi, Lucho y yo. Zarpamos. Forward together! Left back! Get down! Hold! Back, back! Forward! Stop! Enseguida tomamos confianza. Pedimos chimichanga y nos dieron chimichanga. Mucho salto y mucho tumbo, mucho grito y mucha carcajada, olas que nos cacheteaban y agua helada que nos empapaba. Y cada vez que el guía decía Do you wanna play a game? ya sabíamos que alguno iba a terminar en el agua, o todos... Lucha de remos, Titanic, todos al agua. No se salvó ninguno. Nunca pensé que el rafting fuera tan divertido.
Al otro día, me dolían músculos que ni sabía que existían.
Hicimos uso de nuestra visa doble entrada y en avión nos volvimos a Delhi para seguir recorriendo el noroeste de India y encontrarnos con mi amiga Tina. Estamos muy próximos al vencimiento de nuestra visa india, así que apuraremos todo un poco y haremos un viaje express por Rajastán.
buen salto! impulso suicida?
ResponderEliminarse te acomodaron todos los huesos??
ResponderEliminarQué susto Lu!!!!! super exciting!!!!!
ResponderEliminarLucho se tiro al grito de: Raaaciiiiinnggggg ?!?!?!??! jajaja
ResponderEliminary otra duda, le gusto?
jajaj sí, se lanzó al grito de Vamos Racing! Le copó.
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