martes, 26 de noviembre de 2013

Holiday in Cambodia

En taxi, tren, tuk-tuk, minivan y tuk-tuk otra vez, llegamos a Siem Riep, en Camboya, donde los dólares estadounidenses conviven con los rieles locales, que se usan principalmente para pequeñeces. Los cajeros automáticos, por ejemplo, entregan dólares y, lo mejor, no está lleno de argentinos haciendo cola para sacarlos.


Hay una moda que está arrasando por estas zonas, y me está tentando mucho: mujeres en pijama por la calle, trabajando, andando en moto, caminando, haciendo las compras, muchas incluso maquilladas y con cartera y zapatos. Lo extraño es que se lo ponen cuando se levantan, es decir, no es que no se cambian desde la noche anterior, o que cruzan al kiosco y vuelven, o que son parte de un movimiento a favor de los pijama parties. ¿Se entiende? Estoy hablando de esos conjuntitos con ositos y corazoncitos. Me hace acordar a mis épocas de freelancer y la cantidad de veces que tuve que cambiarme para ir al chino; cuánto tiempo perdido...

En estos pagos, los gatos no tienen cola. Se barajan muchas teorías, y Google tiene respuestas para todos los gustos, entre ellas, la que dice que les cortaron la cola para que sean imperfectos y no vayan al cielo, y entonces haya más espacio para los humanos allí; o la que asegura que el tránsito es caótico y más de uno la habrá perdido debajo de algún medio de transporte. Pero la realidad es que los que les cortan la cola a los gatos no van a subir, y que no todos los gatos son tan idiotas como para dejarse pisar por un tuk-tuk, así que la que más peso tiene es la que dice que se trata de una mutación genética, y nacen así, sin rabo.

Siem Riep


Entre tanto viaje y tanta ojota, tenía los pies más ásperos que lengua de gato, así que nos fuimos a un fish spa y dejamos que los peces hagan su gracia. Después de 20 minutos de cosquilleo (los cinco primeros vienen con carcajada), pagamos y nos fuimos rápido por temor a que aparecieran todos los peces flotando panza arriba. Valió la pena, quedaron suavecitos como pompis de bebé.

Al otro día madrugamos y nos fuimos a ver los templos de Angkor y el amanecer. Según la leyenda, más falsa que verdadera, fueron redescubiertos por el naturista Henri Mouhot, quien casualmente se topó con estos templos hacia fines del s. XIX mientras perseguía mariposas por la zona. Nosotros preferimos contratar un tuk-tuk por el día y así nos fuimos a ver la salida del sol a Angkor.


Angkor Wat: es el templo mejor conservado y el que figura en la bandera de Camboya. Era originalmente un templo dedicado a Vishnu (del hinduismo), pero más adelante se remodeló para adaptarse al budismo. Gigante. Es una de las tantas "octavas" maravillas del mundo.









Bayón: un templo con muchas caras sonrientes en sus tantas torres.




Baphuon: escaleras que agotan.






Ta Prohm: más conocido como el templo de Tomb Raider. Tal vez recuerden más a Angelina, pero es el que tiene una gran cantidad de árboles que se mezclan con el templo, atrapándolo y abrazándolo. Desafortunadamente, es el que se encuentra en peor estado.





Sihanoukville y Koh Rong


En un bus muy extraño llegamos a Sihanoukville tras 17 horas de viaje. Playa, arena blanca y mar azul. Cruzamos unas noches a la isla Koh Rong, una linda isla que tienen que empezar a cuidar ya, sino en unos años se va a convertir en un basural.

Además de masajes, en la playa te ofrecen el threading, la revolución en depilación. Una camboyana y su carrete de hilo son todo lo que se necesita para dejarte lampiña/o. Ya llegará a la Argentina.


 


Lamento decirlo, pero hemos caído... Siete meses invictos y orgullosos de este logro. Hasta Koh Rong. Tres bajas de cuatro. Nos visitó Hugo. Enseguida nos recuperamos y, con la frente en alto, seguimos adelante.

Phnom Penh


Y llegamos a la capital de Camboya, una ciudad con influencia francesa donde más se nota el pasado heavy de Camboya. Por la calle se ven montones de personas con amputaciones y deformaciones a causa de la gran cantidad de minas antipersonas, muchísimas todavía activas al día de hoy.


Algo sobre Camboya, Pol Pot y los Jemeres Rojos: Camboya ya venía debilitada a causa de guerras civiles y las bombas estadounidenses tiradas durante la guerra de Vietnam. El 17 de abril de 1975, los Jemeres Rojos (Khmer Rouge) entran en Phnom Penh al mando de Pol Pot, quien imaginaba una sociedad comunal pura, dirigida por quienes trabajaban la tierra. Todos los hombres, mujeres y niños de las ciudades son obligados a abandonarlas y llevados a campos de trabajos forzados. Las ciudades quedan vacías. La política consistía en la reubicación de la población, desde los centros urbanos hacia el campo, para lograr el tipo de comunismo radical que deseaba Pol Pot (abolición de la moneda, la propiedad privada, el mercado, las escuelas, etc.). Comienza uno de los peores genocidios de la historia. En casi cuatro años, murieron alrededor de 2 millones de personas (aproximadamente, un cuarto de la población), no solo a causa de malnutrición, trabajos forzados y enfermedades, sino que muchísimas fueron torturadas y ejecutadas por ser consideradas "enemigos del pueblo". 


Fuimos a Tuol Sleng (S21), ahora un museo y antiguamente una escuela que se utilizó como prisión, y a Choueng Ek, uno de los más de 300 campos de exterminio de Camboya durante la época de los Jemeres Rojos. Los prisioneros eran enviados a la prisión Tuol Sleng (S21), donde muchos eran torturados, y luego a Choueng Ek, para su exterminio inmediato, sin importar si eran hombres, mujeres o niños.



Reglas de la prisión Tuol Sleng (S21)
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Próximo destino: Ho Chi Minh, Vietnam.






Mr. Snail, no sé si se llega a apreciar la escala, pero es el caracol más grande que vi en mi vida.

2 comentarios:

  1. Lu de los sitios que fuiste es uno de los que más me va gustando, por pequeñeces pero: Me encanta la moda en pijama.. yo por tenerla en cusco fui tachada de pastrula.. de haber sabido que podía responder "a la moda de camboya". Me parece un éxito el spa y sus cerdos pescaditos. El templo me parece alucinante y los gatos sin cola rematan mi curiosidad por este lugar. UN beso Luuu y sigan pasándola lindo!!

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    1. Insistí, Jen, en algún momento se tiene que imponer...

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